PRESENTACIÓN:
Seguramente la mayoría de vosotros habéis plantado alguna vez en un algodón o en una maceta un garbanzo, una judía o una lenteja. Para que salga la nueva planta, la semilla tiene que estar a oscuras, tiene que destruirse y que morir.
Esto es lo que nos enseña Jesús en el evangelio de hoy. Para que su misión sea completa, para llevar a cabo lo que el Señor tenía preparado para él, Jesús tiene que morir crucificado por los hombres.
Jesús sabía a lo que se exponía al enfrentarse con el poder establecido.
Y Jesús también tenía miedo a la muerte.
Jesús tenía muy claro que solamente se crea vida, se siembra vida y se transmite vida, cuando se da la propia vida.
PERDÓN:
-Señor, te pedimos perdón por las veces que no hemos dejado morir nuestro egoísmo y nuestra propia comodidad, por las veces que no hemos cambiado y no hemos sembrado vida.
-Señor, te pedimos perdón por las veces que preferimos estar quietos y callados y no levantar la voz ante las injusticias que afectan al que está a nuestro lado. Porque preferimos vivir por fuera y estar muertos por dentro a dar vida.
-Señor, te pedimos perdón por las veces que no nos esforzamos en superar los obstáculos, porque sólo nos quejamos reclamando una vida cómoda y fácil.
-Señor, te pedimos perdón por las veces que te hemos ido clavando en la Cruz con nuestra falta de humildad, nuestro egocentrismo y nuestro poco sacrificio por los demás.
HOMILÍA:
Los chicos y chicas de 2º y 3º de ESO hemos preparado hoy la homilía con la intención de profundizar un poco más en las lecturas que nos han sido narradas hoy. En los carteles hemos resumido aquellas frases más importantes, para tenerlas presentes en Cuaresma y en Pascua:
1º Lectura:
-Una alianza nueva. Dios forja un pacto con las personas.
-Nueva ley en el corazón. El Amor como nuestra señal de identidad.
-Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Dios quiere que seamos una gran familia. Él es nuestro padre y nosotros, hermanos.
-Todos me conocerán. Cada vez que perdonamos, conocemos a Dios.
Evangelio:
1. -Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, da mucho fruto.
La idea de Jesús es clara. Con la vida sucede lo mismo que con el grano de trigo, que tiene que morir para liberar toda su energía y producir un día fruto. Si “no muere”, se queda solo encima del terreno. Por el contrario, si “muere” vuelve a levantarse trayendo consigo nuevos granos y nueva vida.
2. -El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna.
Nos pasamos la vida tratando de evitar sufrimientos y problemas. La cultura del bienestar nos empuja a organizarnos de la manera más cómoda y placentera posible. Sin embargo, hay sufrimientos y renuncias que son necesarios asumir si queremos que nuestra vida sea fecunda y creativa. El hedonismo no es una fuerza movilizadora; la obsesión por el propio bienestar empequeñece a las personas.
3. -El que quiera servirme, que me siga y donde esté yo, allí también estará mi servidor. A quien me sirva, el padre le premiará.
No se puede engendrar vida sin dar la propia. No es posible ayudar a vivir si uno no está dispuesto a “desvivirse” por los demás. Nadie contribuye a un mundo más justo y humano viviendo apegado a su propio bienestar. Nadie trabaja seriamente por el reino de Dios y su justicia, si no está dispuesto a asumir los riesgos y rechazos, la conflictividad y la persecución que sufrió Jesús.
4. -Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia Mí.
Con este lenguaje Jesús deja entrever que su muerte, lejos de ser un fracaso, será precisamente lo que dará fecundidad a su vida. Pero, al mismo tiempo, nos invita a vivir según esta misma ley paradójica: para dar vida es necesario “morir”.
5. -Nos estamos acostumbrando a vivirlo todo cerrando los ojos al sufrimiento de los demás. Parece lo más inteligente y sensato para ser felices. Es un error. Seguramente, lograremos evitarnos algunos problemas y sinsabores, pero nuestro bienestar será cada vez más vacío, aburrido y estéril, nuestra religión cada vez más triste y egoísta. Mientras tanto, los oprimidos y afligidos quieren saber si le importa a alguien su dolor.
PLANTAS:
Con estas plantas queremos simbolizar la afirmación de Jesús, de que:”si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, da mucho fruto”. Las semillas han tenido que morir para originar estas plantas, así como también tienen que morir nuestros rencores, nuestras envidias y nuestros malos actos, para que seamos personas nuevas llenas de vida.
CRUZ:
También hemos hecho una cruz en la que se ven cuatro palabras: AMOR, GOZO, VIDA y ENTREGA. La cruz nos muestra el mensaje de Jesús, su última lección. Son cuatro sentimientos que marcaron tanto su vida como su muerte. La luz la ilumina desde atrás, igual que ilumina a cada uno la presencia de Dios entre nosotros.
PETICIONES
Unidos a Cristo Jesús, presentamos nuestras súplicas a Dios, pidiéndole que nos ayude a corregir los fallos de nuestra vida.
Para que la violencia no tenga cabida en nuestra vida, sino el amor y la paz. ROGUEMOS AL SEÑOR...
Para que no dejándonos llevar por el egoísmo, seamos generosos dando y compartiendo. ROGUEMOS AL SEÑOR...
Para que superando toda tentación de insolidaridad vivamos solidaria y fraternalmente interesados por los más necesitados. ROGUEMOS AL SEÑOR...
Para que no nos dejemos arrastrar por el conformismo, sino que el esfuerzo, la ilusión y la esperanza estén siempre presentes en nuestra vida. ROGUEMOS AL SEÑOR...
GRACIAS (Oración)
Jesús, te damos gracias porque estás siendo para nosotros un modelo, un camino por descubrir y alguien de quien aprender.
Porque con tu vida nos enseñas que luchar por nuestro hermano no es un acto altruista, sino una obligación.
Porque con tu muerte asumiste la responsabilidad de haber transformado este mundo.
Porque con tus palabras nos transmites tu valentía y tu coraje para afrontar cada situación de la mejor manera.
Porque con tus actos nos mostraste que otro mundo es posible.
Porque con tus sueños intentamos construir nuestro día a día.
Porque con tu mensaje nos reunimos cada domingo con la esperanza de descubrirte un poco más.
Porque con tu perdón nos has demostrado que no existe mayor gesto de amor.
Porque con tu nacimiento nos has enseñado a llamar a Dios: “Padre”.
Porque con tus parábolas entendemos que no estamos aquí para vivir a toda costa, sino para desvivirnos por los demás.
Porque con tu sacrificio nos has salvado a todos.